Sólo Alojamiento
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Alojamiento y Desayuno
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Alojamiento y Desayuno
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Alojamiento y Desayuno
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Con 550 kilómetros de costa, entre acantilados, calas y playas, Mallorca es la más grande las Islas Baleares. Situada en el Mediterráneo lo que le da un carácter abierto y un clima suave y agradable durante todo el año. Uno de los principales y más importantes destinos tanto en el turismo nacional como internacional.
Extensas playas con aguas cristalinas y con tonos turquesas y verdes, playas urbanas con todos los servicios para el bañista, como la kilométrica Playa de Muro, con dorada y fina arena y otras más vírgenes donde la acción del hombre aún no las han conquistado, como las playas y calas del Parque Natural de LLevant, a las que, en su mayoría, solo se acceden a pie o en bicicleta, para quienes buscan tranquilidad en plena naturaleza. Vertiginosos acantilados que terminan en pequeñas calas, desde los que se obtienen unas increíbles vistas, como el Cabo de Formentor, donde un camino de curvas llega hasta el Mirador de Sa Creueta, un punto mágico con unos 200 metros de altura, con unas maravillosas vistas al mar y a los acantilados, todo un espectáculo para la vista.
No solo podemos disfrutar de su magnífica costa en toda su diversidad, cuenta también con un importante patrimonio histórico artístico, como la Catedral de Mallorca, en la capital, de estilo gótico mediterráneo en su mayoría, aunque se le han ido incorporando elementos de la época moderna y contemporánea, a un paseo caminando del Puerto y junto al mar. Amplia oferta museística, en el que hoy destacaremos, entre otros, el Museo en el castillo de Bellver, donde además de albergar en su interior la historia de la ciudad, el edificio en sí es digno de admirar.
Otra visita indispensable, son las maravillosas Cuevas del Drach, explotadas desde el siglo XIX y acondicionadas posteriormente para la visitas de los turistas. Con un recorrido de unos 1.200 metros, con el agradable y constante tintineo del agua, además incluye un paseo en barca a través del Lago Martel, donde se observan las construcciones hechas por la propia naturaleza, realizadas a lo largo de los siglos, que ni el mejor de los arquitectos pudiera imaginar.
Igual de importantes e interesantes encontramos los pueblos de interior. Merece la pena alquilar un coche y visitar alguno de ellos, comer en sus restaurantes cualesquiera de sus mejores platos y mezclarse con la gente del lugar. Quizás uno de los más bonitos y con más encanto, puede ser Valldemossa, en la Sierra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad, precioso pueblo medieval, con calles empedradas y un importante patrimonio cultural.
Importante destino de cruceros, donde los cruceristas, tienen todo a su alcance para una excursión inolvidable, playas, historia, cultura, compras y buena gastronomía.
Una isla para visitar al completo, no sólo podemos destacar uno de sus números atractivos, es un conjunto imposible de dividir, sol y playa, cultura, historia, naturaleza. Una isla para disfrutar con los cinco sentidos.